La reciente sentencia sobre el caso Celsa respalda el plan de reestructuración de los acreedores, dando así viabilidad a la empresa y evitando entrar en concurso.
José Carlos González, socio del área concursal, comenta esta sentencia en El Confidencial (sólo para suscriptores del medio): "Se van a ir incrementando los procesos de reestructuración preconcursal y normalizando la aplicación del libro segundo de la ley concursal. Cuanto antes se aborden problemas de insolvencia actual o inminente, más probabilidad de éxito y menos sacrificio habrá para las partes".
Esta sentencia se considera relevante y marca un antes y un después en los casos de insolvencia de las empresas, pues abre la vía de que sean los acreedores los que tomen el control y encuentren un plan de viabilidad como alternativa a la entrada en concurso de acreedores.
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