Tras el fin del Estado de Alarma el pasado día 21, algunas de las medidas laborales aprobadas en las últimas semanas para hacer frente a la crisis del coronavirus cesarán y perderán su validez. Otras, en cambio, y según lo adelantado por el Gobierno, mantendrán su vigencia al menos hasta final de año.
Mantener la actividad empresarial durante el Estado de Alarma ha sido posible, para muchas empresas, gracias a medidas como las suspensiones de contratos y las reducciones de jornada. Sin embargo, como apunta nuestro compañero Alberto Novoa, socio del área laboral, a El Español, estas excepciones adecuadas para abordar la crisis “han demostrado tener una eficacia decreciente“. Novoa considera que estas medidas revelan su efectividad en situaciones puntuales, no obstante, esta crisis económica se ha convertido ya en un problema estructural.
Cuestionado por el cese inmediato de algunas medidas en materia laboral como la prohibición que impedía la extinción de contratos con motivo del COVID-19, así como las medidas estipuladas para los ERTE por causas ETOP, Novoa apunta que “todavía no se dan las circunstancias para que decaigan las medidas. […] Un cese precipitado de las medidas podría empeorar la crisis y aumentar la exponencial destrucción del tejido empresarial que ha tenido lugar durante la pandemia”.
Entre las medidas que permanecen en vigor tras el fin del Estado de Alarma se encuentran aquellas que pretenden priorizar el teletrabajo y la conciliación laboral, el compromiso por mantener los puestos de trabajo para las personas en situación de ERTE y las disposiciones adoptadas para los trabajadores fijos discontinuos.
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