Ante casos de acoso laboral, la empresa no puede quedarse de brazos cruzados, tanto por el cumplimiento de la normativa, y las posibles sanciones que se pueden imponer, como por la reputación de la empresa. La empresa debe contar con mecanismos internos, tanto para prevenir el acoso laboral, como para reaccionar cuando sucedan.
Blanca Liñán, socia del área laboral, comenta en El País: "La mejor solución es encargar la gestión e instrucción de las investigaciones a un tercero independiente".
El acoso laboral, además de agresiones, puede ir acompañado de ataque psicológico. Nuestra abogada laboralista comenta: “Podemos encontrar actuaciones dirigidas al aislamiento social o profesional, excluirle de reuniones, disminuir su carga de trabajo o no hacerle partícipe en proyectos del propio departamento. También conductas dirigidas a crear confusión mental e inseguridad, como dar órdenes contradictorias, interrupciones o correcciones constantes infundadas y situaciones de desvalorización y la manipulación psicológica de la persona trabajadora”.
Las sanciones administrativas que se puede imponer a una empresa en caso de mantenerse al margen de un caso de acoso laboral, es "de hasta 500.000 euros, si está vinculado a alguna razón discriminatoria", detalla Liñán.
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