En los últimos años, la Unión Europea se ha comprometido internacionalmente a la descarbonización de su economía al objeto de alcanzar la neutralidad climática en el año 2050, iniciando, entre otras medidas, un proceso de transición energética e industrial. Para ello, ha desarrollado un plan de transformación, definiendo sus objetivos en el Pacto Verde Europeo. Tal Pacto otorga un papel central al hidrógeno en Europa.
En dicho proceso de transición energética, dada la necesidad de garantizar la independencia energética del territorio UE —teniendo en cuenta que el 58% de su consumo energético deriva de fuentes extrajeras—, entre los incentivos para incrementar la energía procedente de fuentes renovables, lugar especial ocupan las medidas adoptadas para posicionar al hidrógeno como vector energético esencial en este proceso.
La primera medida la constituye la llamada Ruta del Hidrógeno de Europa cuyo enfoque cubre toda la cadena de valor del hidrógeno renovable desde su generación a partir de fuente renovable, hasta su producción y consumo, incluyendo el transporte y almacenamiento. La Ruta desglosa tres fases temporales para el despliegue del hidrógeno en Europa:
- Fase, en la que nos encontramos — 2020-2024 inclusives—, la UE busca la descarbonización de la producción del hidrógeno gris—utilizado principalmente en los sectores de acero y químico—-, dado su impacto ambiental al derivar de combustibles fósiles. El objetivo de esta fase es lograr generar un millón de toneladas de hidrógeno renovable en la UE, ocupando España un lugar principal tal y como veremos a lo largo del Blog.
- Fase 2024-2030, la UE busca la completa integración del hidrógeno en el mix energético con un total de diez millones de toneladas de hidrógeno generado. Esta fase también prevé el desarrollo de la infraestructura necesaria para realizar el transporte a larga distancia.
- Fase, con un horizonte 2050, la UE fija un despliegue a gran escala del hidrógeno en Europa como elemento clave de todos los sectores de difícil descarbonización. Se establece, como objetivo, que el 25% del consumo de energía en Europa derive del hidrógeno.
A fin de alcanzar dichos objetivos se deben superar una serie de barreras, siendo la falta de regulación, tanto a nivel europeo como nacional, clave. Es necesario, en opinión de la Comisión UE, armonizar comunitariamente los estándares de producción, almacenamiento, consumo y especialmente, transporte, liberando cargas administrativas, fomentando la cooperación institucional entre los Estados miembros y sus correspondientes administraciones involucradas, al objeto de lograr el funcionamiento de un mercado de hidrógeno renovable. Muchos apuntan que el modelo gasista puede servir como base.
En este sentido, el Parlamento Europeo publicó el 21 de diciembre de 2021 una Propuesta de Reglamento relativo a los mercados interiores del gas natural, los gases renovables y el hidrógeno, incluyendo la generación, infraestructura y el mercado del hidrógeno renovable en Europa. Fundamenta la actuación comunitaria para garantizar una seguridad, agilidad y fiabilidad en su consolidación a largo plazo que las diferentes regulaciones estatales no otorgarían. A su vez, la Comisión ya ha adoptado varias iniciativas para incluir en determinas normativas el hidrógeno como vector energético, por ejemplo, la Comunicación, de 8 de julio de 2020, al Parlamento Europeo para modificar el Reglamento (UE) n ° 347/2013, de 17 de abril de 2013, relativo a las orientaciones sobre las infraestructuras energéticas transeuropeas e incluir el hidrógeno, COM (2020) 301 Final.
Por otra parte, otra barrera a superar son los costes. Actualmente, la producción del hidrógeno renovable, como nueva tecnología que es, no es rentable en términos de mercado. No obstante, los expertos sitúan el precio de Kg de hidrógeno verde en una media de 3$, 2$ y 1$ en 2030, 2040 y 2050, tomando como referencia el precio de electricidad del electrolizador en 65-20MwH/h, empezando a ser competitivo para algunos Estados UE en 2026, entre ellos España.
Por último, respecto a la financiación, todos los promotores señalan la necesidad de contar con ayudas públicas; materializándose, recientemente, las mismas a través de: los Fondos Next Generation UE; o, los Proyectos de Interés Común, que podrán recibir hasta el 100% de financiación; o, el mecanismo Conectar Europa; o la Alianza Europa por un Hidrógeno Limpio.
De hecho, en el momento presente, ya se están realizando una multiplicidad de proyectos a nivel europeo, pudiendo resaltar los proyectos de colaboración para la creación de redes de transporte del hidrógeno intracomunitarias, como el European Hydrogen Backbone. En definitiva, el hidrógeno ha venido para quedarse teniendo presente:
- El momento actual de transición energética en el que nos encontramos: la necesidad de la UE de buscar su independencia
- Su importante contribución a la descarbonización de la economía.
- La mejora continua de la tecnología (electrolizadores e infraestructura) está creando fuerte competencia en el mercado y el consecuente abaratamiento de los costes.
- Por las peculiaridades de los proyectos:
- El electrolizador es un punto de conexión en sí mismo,
- Un vector más de salida para la energía renovable,
- Quitará presión a la red eléctrica.
- Posible aprovechamiento de redes de gas
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Área Público y Regulatorio - Medio Ambiente
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