¿Equilibrio u opción?,¿restructuración o refinanciación?

¿Equilibrio u opción?,¿restructuración o refinanciación?
7 Oct 2015

refinanciación Ceca Magán

 

En pocas ocasiones una empresa que se encuentra en situación de crisis o de insolvencia, o que tiene  tensiones de tesorería sin poder hacer frente a sus obligaciones, se plantea una refinanciación como  complemento a una previa reestructuración. Puede suceder que una vezllevada a cabo la reestructuración  de la empresa se constate que no es necesaria una refinanciación de la deuda existente.

 Pero la mayor parte de las veces nos encontramos con que se ha normalizado el “autoengaño”del  empresario. El empresario en crisis ostenta una capacidad de autoengañarse sorprendente, desde “esto se  arreglará” a “ya hemos pasado antes por esto”, la creencia de que el problema desaparecerá o se diluirá en  el próximo contrato, el próximo pedido, la próxima refinanciación.

 Se confunde reestructuración con refinanciación, identificándose ambas situaciones cuando son totalmente distintas. Un número significativo de empresas no reestructura nada, sino querefinancia la deuda alargando el problema sin minorarlo. Aunque es cierto que al empresario una vez llegado a esta situación de crisis, poco tiempo se le concede para pensar en “estrategias” que le ayuden a solventar el problema.

La reestructuración pasa por confeccionar un plan de viabilidad realista y aunque mediante una financiación se puede llevar a cabo una restructuración, hay que tener en cuenta que el dinero por sí solo no es una solución si detrás no existe un plan de negocios coherente. También habrá que estudiar implementar un organigrama lineal en el que primen las sinergias entre departamentos. Departamentos que funcionen como unidades de negocios con responsabilidades, presupuesto, objetivos y beneficios. Unidades de negocio o equipos que han de alcanzar objetivos individuales además de aquellos objetivos conjuntos fijados por la empresa. Se han de afrontar cambios sin apegarse a lo que no funciona. Hay que ajustar costes y estructura y ello conlleva, la mayoría de las veces, a ajustar puestos de trabajo y personal, no necesariamente encaminados a una extinción del contrato de trabajo sino a una reorientación de puestos y de horarios. Todo ello supone una revisión de la estructura económica y financiera, desde los ingresos y costes hasta las inversiones y financiación.

En cambio la refinanciación está orientada a “convencer” a las entidades financieras que la empresa es “merecedora” de una refinanciación por cuanto ha hecho los deberes o al menos tiene intención de hacerlos. Para ello elaborará el plan de viabilidad para presentarlo a las entidades financieras. Plan de viabilidad en el que figurará el plan de negocio en el que se sustenta la propuesta de refinanciación con el correspondiente análisis de la situación económica y financiera describiendo detalladamente la deuda que ostenta, así como el detalle de los activos con los que cuenta para garantizar la operación de refinanciación.

Este plan de negocio deberá ser respaldado por bancos y proveedores. Plan de negocio que presentará una estrategia en la que se contemplarán plazos, mejoras de condiciones, quitas, ampliaciones de capital, venta de activos… dando lugar todo ello a una propuesta de refinanciación en la que se recogerán las condiciones de financiación, las garantías, el calendario de pagos, las comisiones, las obligaciones de la empresa y todos aquellos acuerdos complementarios que se incluyan dentro de la negociación.

Pero la refinanciación y reestructuración, como opciones acompañadas de un cambio operativo y organizativo, deberían desarrollarse en paralelo mediante planes de negocio que permitan generar flujos de caja en garantía del pago de la deuda y además, de un equipo que transmita la suficiente y necesaria confianza, tanto a nivel interno de gestión como externo ante proveedores, entidades financieras y administraciones públicas. Y todo ello requiere de un estudio previo de la situación de la sociedad y sus necesidades. Ni la refinanciación por si sola será la solución ni la reestructuración tampoco. O sí. Lo que es indudable que una mala planificación que lleve a incumplir un acuerdo de refinanciación, o una reestructuración que no permita crear una base lo suficientemente fuerte para un crecimiento futuro, abocarán a la empresa a una liquidación más o menos ordenada.

En cualquier caso ni la reestructuración ni la refinanciación son soluciones mágicas para todos y en todas las circunstancias, sino herramientas cuya aplicación depende de la circunstancias de la sociedad en crisis. Aunque ello no significa que estas dos herramientas únicamente deban aplicarse en situaciones de crisis de las empresas, sino que también podrían plantearse como una forma de reorientar la actividad y el negocio.

Carmen Fernández Sánchez
Socia. Responsable Insolvencias, restructuraciones y procesos concursales 

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