Fundación familiar: alternativa legal para proteger el legado familiar

Fundación familiar: alternativa legal para proteger el legado familiar, por CECA MAGÁN Abogados
21 Abr 2025

Muchas familias empresarias se cuestionan en algún momento de su vida si resulta útil y/o deben constituir una fundación familiar que canalice la continuidad del legado, fortalecer los valores familiares y contribuir al bienestar social, como una efectiva herramienta de comunicación para presentar la esencia de la misma, explicar sus valores o rasgos diferenciadores, y justificar la orientación estratégica y misión que se han marcado.

Las empresas familiares se enfrentan a desafíos únicos relacionados con la sucesión, la gestión intergeneracional y la preservación de sus valores.

El vehículo para para abordar estos desafíos es la creación de una fundación familiar. Esta entidad sin ánimo de lucro permite (i) canalizar los esfuerzos filantrópicos de la familia, (ii) garantizar la continuidad del legado empresarial y  (iii) fortalecer los lazos familiares.

Motivaciones para la constitución de una fundación familiar

Preservación del legado empresarial

Uno de los principales motivos para constituir una fundación es garantizar que la empresa familiar perdure a lo largo del tiempo buscando el reconocimiento social mediante acciones y valores trasciendan en el tiempo. 

La fundación puede actuar como:

  • a) Una entidad independiente a la que se dota de recursos para la realización de su fin social.
  • b) Una entidad holding que posee las participaciones de la empresa, asegurando que la gestión y dirección sigan alineadas con los valores y objetivos familiares, incluso en generaciones futuras. 

Esto es especialmente relevante en empresas donde no existen herederos directos o donde se desea evitar disputas internas sobre la propiedad y gestión de la empresa. 

Fortalecimiento de los valores familiares

Las fundaciones familiares permiten a las empresas transmitir sus valores y principios a las siguientes generaciones. Dichos principios se transmiten a través de sus fines, donde pueden inculcar a los miembros de la familia la importancia del compromiso social, la ética empresarial y la responsabilidad, lo que contribuye a crear una cultura empresarial sólida y coherente que trasciende a lo largo del tiempo. 

Asimismo, la voluntad de la persona fundadora tiene un peso trascendental e insustituible a la hora de guiar y desarrollar la actividad de la fundación. Estas entidades se crean por la visión de una determinada persona o personas, y los responsables de su gestión (Patronato), una vez que éstas han desaparecido, se encuentran con la obligación de respetar y asumir esa misión como propia. 

Contribución al bienestar social

Muchas empresas familiares sienten la responsabilidad de devolver a la sociedad parte de lo que han recibido. La fundación ofrece un vehículo estructurado para llevar a cabo actividades filantrópicas que, además, mejoran la reputación y la imagen de la empresa familiar. 

Optimización fiscal y planificación sucesoria

Desde una perspectiva fiscal, las fundaciones familiares pueden ofrecer ventajas significativas. En España, por ejemplo, las donaciones a fundaciones pueden beneficiarse de deducciones fiscales tanto para la empresa como para los miembros de la familia. 

Además, la constitución de una fundación permite planificar la sucesión de la empresa de manera ordenada, evitando conflictos familiares y asegurando que la gestión siga los principios establecidos por los fundadores.

Protección frente a intentos de toma de control externo

La fundación, al ser una entidad sin ánimo de lucro, ofrece una estructura que dificulta la toma de control por parte de inversores externos o competidores. Su órgano de gobierno es el Patronato, que es un órgano totalmente independiente al Consejo de Administración de la Empresa Familiar y que rinde cuentas al Protectorado del Ministerio.

Requisitos legales y fiscales en España

En España, la creación de una fundación está regulada por la Ley 50/2002, de 26 de diciembre, de Fundaciones, y su normativa de desarrollo o bien por la ley de fundaciones autonómica que resulte de aplicación, dependiendo del ámbito territorial en que realicen principalmente sus actividades y, por tanto, el registro de fundaciones y el protectorado del que dependan orgánicamente, estatal o autonómico. 

Para constituir una fundación, es necesario que el patrimonio destinado a la misma sea afectado de manera duradera a la realización de fines de interés general, perdiendo la empresa familiar el control efectivo del/los bienes aportados, que dependerán de las decisiones del Patronato.

Desde el punto de vista fiscal -la norma de referencia es la Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de Régimen Fiscal de las Entidades sin Fines Lucrativos y de los Incentivos Fiscales al Mecenazgo- las fundaciones pueden beneficiarse de exenciones en el Impuesto sobre Sociedades y en el Impuesto sobre el Patrimonio, siempre que cumplan con los requisitos establecidos por la ley. Además, las donaciones realizadas a fundaciones pueden ser deducibles en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) o en el Impuesto sobre Sociedades, dependiendo de la naturaleza del donante.

Buenas prácticas en la gestión de una fundación familiar

Elaboración de un protocolo familiar

El protocolo familiar es un documento que establece las normas y directrices para la gestión y sucesión de la empresa familiar tal y como hemos desarrollado en anteriores artículos. 

En el contexto de una fundación familiar, el protocolo puede incluir aspectos como la composición del patronato, los criterios para la selección de nuevos miembros, las políticas de inversión y distribución de recursos, y las expectativas respecto al compromiso de los miembros de la familia con la fundación

Establecimiento de órganos de gobierno transparentes

La fundación cuenta con un órgano de gobierno claro y transparente, el Patronato, que es el que velará por la toma de decisiones y que rendirá cuentas al Protectorado. 

La inclusión de miembros independientes en estos órganos puede aportar una perspectiva externa valiosa y garantizar que las decisiones se tomen en beneficio de la fundación cumpliendo escrupulosamente con el fin social de la misma. Es función del patronato mantener el rendimiento y utilidad del patrimonio fundacional. 

Implementación de políticas de rendición de cuentas

La transparencia en la gestión de la fundación es esencial para mantener la confianza de la familia, los donantes y la sociedad. 

Esto implica la realización de auditorías externas, la comunicación regular de los resultados y actividades de la fundación, sobre todo si la fundación está vinculada al apellido de la familia empresaria.

Disolución de la fundación

Es importante destacar que, si por cualquier circunstancia una fundación familiar se disuelve, su patrimonio no volverá a la empresa familiar, si no que será destinado a otras fundaciones con similar fin social.

Conclusión

La constitución de una fundación por parte de una empresa familiar es una decisión estratégica que puede aportar numerosos beneficios, tanto para la empresa como para la familia (y la sociedad en general). 

La fundación familiar permite garantizar la continuidad del legado empresarial, permite fortalecer los valores familiares, permite contribuir al bienestar social y optimizar la planificación sucesoria. 

Por este motivo es fundamental que este proceso se realice con una planificación cuidadosa, el asesoramiento adecuado y el compromiso de todos los miembros de la familia para asegurar su éxito a largo plazo, por lo que es necesario contar con un buen asesoramiento que pueda resolver todas las dudas en todo el proceso. Puedes contactar con nuestros abogados expertos en empresa familiar aquí.

Rafael Vallet – Grupo Empresa Familiar

Socio en el área de familia

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