Las empresas familiares gozan de ciertos beneficios fiscales gracias a su relevancia para la economía española, pues representan cerca del 90% del tejido empresarial. Así, dos de cada tres empleos privados son creados por empresas familiares y, además, estas generan cerca del 60% del PIB del sector privado.
Ante estas cifras, es lógico que el “legislador favorezca la preservación del patrimonio empresarial, tanto durante su tenencia como en el delicado momento de la sucesión generacional”.
Nuestro compañero Javier Lucas, socio del área de Derecho Tributario, publica una interesante Tribuna en Cinco Días en la que aborda la necesidad de que las empresas familiares “revisen con urgencia si cumplen con los requisitos establecidos para seguir contando con su sistema de beneficios fiscales”.
Lucas considera que “se ha derivado una peligrosa relajación en el cumplimento de los requisitos para acceder a los beneficios fiscales de la empresa familiar, de forma que en la actualidad son abundantes las empresas familiares en Madrid y otras CCCAA que no los cumplen, aunque hasta ahora de ello no se han derivado consecuencias prácticas”.
Ante las numerosas corrientes de opinión que apuestan por “homogeneizar” la fiscalidad de las diferentes CCAA, Lucas concluye: “Entendemos que ahora ya sí corre prisa revisar si se cumplen los requisitos legales para acceder a los beneficios fiscales de la empresa familiar y, de no ser así, adaptarse a ello sin demora para evitar en lo posible discusiones innecesarias con la Administración Tributaria”.
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