La incertidumbre sobre la apertura de las aulas empujará a muchos trabajadores a solicitar seguir desempeñando sus funciones en remoto. En muchos casos las compañías se verán forzadas a concederlo incluso en contra de su voluntad, ya que tanto el Estatuto de los Trabajadores como la legislación especial aprobada durante el estado de alarma reconocen el derecho de los empleados a solicitar teletrabajar.
¿Con qué problema se van a encontrar las empresas que pretendan recuperar cierta presencialidad?, ante esta duda nuestro Socio del área laboral, Jorge Sarazá, aconseja que “las empresas se doten de un protocolo de teletrabajo con pautas objetivas para valorar cuándo se concede y cuándo no”, en declaraciones para Cinco Días.
La experiencia del confinamiento, en el que muchas empresas han tenido que aprender a operar en remoto, “sin duda sirve de precedente para reforzar ante los jueces las peticiones de los trabajadores”, apunta Sarazá.
Finalmente, el medio aclara que en caso de que el desacuerdo entre el empresario y el empleado que solicita trabajar en remoto acabe en pleito, tanto si la petición se hizo a través de la jornada a la carta como a través del Plan MeCuida, se resolverá a través de un procedimiento urgente y preferente.
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