En plena vorágine de noticias sobre las diferentes Sentencias del Tribunal Supremo y la Audiencia Nacional que valoran jurídicamente los numerosos Despidos Colectivos realizados en los últimos meses con abundantes y alarmantes declaraciones de nulidad, muchos empresarios reflexionan sobre si el formato de reestructuración de costes de personal por la vía del Despido Colectivo – muchas veces impuesto por las circunstancias del mercado y otras decidido por la dirección por su carácter de eficacia –, fue el adecuado o si la incertidumbre doctrinal sobre importantísimas cuestiones del procedimiento multiplicaron los riesgos asumidos de forma exponencial.
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