Tabla de contenidos
Los activos intangibles son una pieza clave en la actual economía del conocimiento y desempeñan un papel fundamental en la carrera mundial por el liderazgo tecnológico. Y es que el nuevo paradigma a nivel internacional pasa por la denominada Economía Intangible (Intangible Economy). Ahora más que nunca, este tipo de activos se tornan fundamentales para la necesaria reconstrucción empresarial pospandemia al estar, por lo general, directamente vinculados con procesos de digitalización en las empresas, los cuales, como se ha podido verificar, resultan absolutamente necesarios para la propia supervivencia de las mismas.
Cuando hablamos de Activos Intangibles empresariales ¿a qué nos referimos?
Si se atiende a los últimos Informes sobre la Economía Intangible publicados por la prestigiosa Fundación COTEC para la Innovación, existen distintos tipos de activos intangibles a nivel corporativo, entre los que se encuentran, por ejemplo, el I+D+i, el software, estructura organizativa u otros activos inmateriales ligados a la propiedad intelectual e industrial o a los secretos comerciales de una empresa. Otros estudios también apuntan a otros tipos de activos intangibles protegibles de alto valor corporativo como son los datos estructurados, el talento y los nuevos activos y valores digitales que están proliferando sobre la base de tecnologías emergentes como blockchain. Se trata, por consiguiente, de un concepto en continua construcción y evolución, pero de enorme trascendencia y creciente importancia mundial.
En definitiva, cuando hablamos de activos intangibles empresariales nos estamos refiriendo a datos e información en poder de las empresas, al margen de su carácter o tipología, elementos de propiedad intelectual e industrial como las marcas, diseños, patentes y software, pero también a las ideas, métodos, procedimiento e información (en general, el Know-how y los secretos empresariales) con los que cuenta una empresa y que son claves en la innovación y la competitividad diferencial de las mismas en el tráfico mercantil.
Sin duda, cuidar y proteger los activos intangibles a nivel corporativo implica apostar por el futuro empresarial más inmediato, así como preservar mejor el valor y el potencial de crecimiento de la empresa en el seno del mercado digital que impera hoy en día.
Los activos intangibles son primordiales para el negocio actual. Su pérdida, erosión o la explotación ilegítima por parte de terceros puede provocar importantes daños y perjuicios a la empresa que los detenta y, en muchas ocasiones, significa de forma directa desposeerla de las herramientas para mantenerse de forma sostenida en el tiempo.
En este sentido, obviar o minusvalorar el enorme potencial de estos activos y, por consiguiente, no tomar acción alguna en la correcta protección legal, control y explotación de los mismos se traduce en un elevado coste de oportunidad para las empresas que no pueden permitirse desaprovechar estos recursos, maximizando las posibilidades de estos en favor de la propia compañía.
Es por ello que, para potenciar sus ventajas, y protegerlos frente a injerencias de terceros, resulta esencial llevar a cabo una gestión adecuada de tales activos, desarrollando estrategias coherentes e integradas de protección adaptadas a las necesidades e idiosincrasia propia de la compañía. En conclusión, se trata de tomar el definitivo control sobre nuestros activos intangibles, adoptando ciertos pasos básicos
¿Qué pasos mínimos proponemos para proteger los activos intangibles empresariales y maximizar su valor inherente?
Definir un plan integral para al mejor identificación, protección y explotación de estos activos intangibles que integrará, como mínimo, el siguiente alcance:
- Identificar los Activos Intangibles: es necesario identificar los distintos tipos de activos intangibles bajo la titularidad de la empresa. Es decir, trazar los datos, información, actividades y demás elementos que pueden generar conocimiento o valor intangible dentro de la empresa, distinción en el mercado, notoriedad y diferenciación; es decir, detectar aquellos recursos u activos que gestionados y explotados de forma adecuada son susceptibles de generar valor añadido al negocio y la consiguiente diferenciación en el mercado frente a la competencia.
- Valorar los Activos Intangibles identificados: una vez identificados, procede su valoración (y los riegos inherentes a estos, en particular, los de tipo legal), lo que permitirá determinar las mejores medidas de protección aplicables, atendiendo a:
- El valor o importancia de cada activo para la estrategia empresarial.
- El riesgo de pérdida o usurpación de dicho activo por parte de terceros.
- Los posibles daños que su pérdida o usurpación pueda causar a la empresa.
Proteger un activo intangible supone tomar medidas o emprender acciones encaminadas a evitar la pérdida del mismo, así como a disuadir, prevenir e impedir su utilización indebida o su rentabilización ilegítima por parte de terceros.
Existen diferentes formas de protección de estos activos atendiendo a su naturaleza jurídica y características (secreto empresarial, derechos de autor, patentes, marcas, diseños, cláusulas de confidencialidad, sistemas de gestión del conocimiento…). De ahí que sea tan importante identificar y clasificar de forma previa los mismos.
La gestión integral de los activos intangibles requiere una visión amplia de los mecanismos de protección a diferente nivel, de forma particular, en los siguientes:
- Gestión de la Información y protección de datos personales y no personales (fundamentales para la posterior liberación de información en proyectos de monetización de datos/Data Sharing, etc.).
- Diseños industriales, patentes y marcas (propiedad industrial).
- Propiedad Intelectual.
- Secretos comerciales.
- Llevar Registros de Activos Intangibles: al objeto de poder tener un cuadro de control claro y actualizado de la existencia, estado y características relacionadas con los activos identificados.
- Diseñar una Estrategia de Explotación de Activos Intangibles: los activos intangibles, una vez, identificados y debidamente controlados y protegidos, deben poder ser usados y explotados convenientemente por la empresa, ya sea de forma directa o mediante terceros. Así, en función del régimen jurídico que les resulte de aplicación, se diseñará una estrategia legal para el adecuado uso de estos al objeto de que puedan desplegar y liberar todo su potencial en favor de los intereses de la empresa titular de los mismos.
De forma habitual, esta Estrategia atiende también a otros criterios adicionales como son los de centralización de activos en determinadas compañías dentro de grupos empresariales, para un mayor y mejor control y licenciamiento de los mismos e, incluso, para poder aprovechar ciertos incentivos y deducciones fiscales asociados al desarrollo o emisión de licencias de uso sobre dichos activos en favor de terceros. En este ámbito, destaca, por ejemplo, el IP-Box (Patent Box), que es un incentivo fiscal que consiste en una reducción de la base imponible del Impuesto de Sociedades del 60 por ciento, sobre las rentas positivas derivadas de la cesión o transmisión del derecho de uso y explotación de determinados activos intangibles, con base en actividades de I+D. Todo ello conforme lo dispuesto en el artículo 23 de la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades.
Es por ello que desde el Área de Tecnología, Innovación y Economía Digital de Ceca Magán Abogados recomendamos explorar cuanto antes las anteriores posibilidades y, por ello, realizar sin demora un plan de protección integral de sus Activos Intangibles como parte esencial de su inmediata estrategia pospandemia. Contacte con nuestros abogados especializados aquí.