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Ayer conocimos que el Tribunal Constitucional ha dado luz verde a la reforma laboral, descartando que la misma haya vulnerado el derecho a la libertad sindical, a la negociación colectiva, al trabajo, a la tutela constitucional y a la tutela judicial efectiva. En este sentido quedan desestimadas las pretensiones de las formaciones políticas que defendían tales argumentos, como son Izquierda Unida y el Partido Socialista.
Sin embargo la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia no es óbice para que determinados preceptos legales recogidos en la reforma enjuiciada (o como mínimo indicadas como tendencia en la misma) hayan sido rechazadas por nuestros órganos judiciales.
En concreto nos estamos refiriendo de nuestro Tribunal Supremo, que mediante sentencia dictada por su Pleno, ha establecido que deberán considerarse vigentes hasta que no se apruebe un nuevo convenio de aplicación. Esta postura es contraria a la tendencia de la reforma que pretendía evitar que la negociación de nuevos convenios colectivos se prolongase demasiado, estableciendo un límite temporal de un año para la ultraactividad de los mismos.
Evidentemente esta interpretación del Tribunal Supremo es contraria a la tendencia apuntada en la norma y a lo que parecía pretender el legislador con la reforma, y va a hacer que las empresas tengan bastante limitadas las opciones de presionar a la parte social para negociar y firmar nuevos convenios colectivos, lo cual nos dejaría, por otra parte, en la misma situación en la que estábamos antes de la reforma.
En todo caso, como sabemos, y más en lo referente a una reforma laboral como la que nos ocupa, nunca llueve a gusto de todos.
David Ruiz Tundidor
Departamento laboral
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