Siguiendo las líneas establecidas por la Unión Europa en torno a la descarbonización de su economía, y el papel del hidrógeno en la transición hacia la neutralidad climática, España, como otros Estados miembros, ha desarrollado su Hoja de Ruta del Hidrógeno, elaborada por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico.
Esta Hoja de Ruta del Hidrógeno, considerando las tres fases de implantación del hidrógeno en Europa con un horizonte temporal de hasta 2050, establece los objetivos principales e identifica las barreras y las medidas correctivas para su implantación a fin de integrar el hidrógeno en toda la cadena de valor desde la producción, pasando por el transporte y distribución hasta el consumo final.
La Hoja de Ruta del Hidrógeno contempla dos plazos para posicionar a España como un referente en la industria del hidrógeno renovable:
- Para el año 2030, la Hoja de Ruta del Hidrógeno establece como objetivo la penetración del hidrógeno en diferentes sectores ―como el transporte― previendo, entre otras medidas, la creación de dos líneas ferroviarias impulsadas por hidrógeno, la introducción de ciento cincuenta autobuses en las flotas municipales, o la instalación de cien estaciones de repostaje o hidrogeneras.
- El segundo horizonte temporal, mucho más ambicioso, se plantea alcanzar en el año 2050 con el fin de lograr la descarbonización global jugando un importante papel el hidrógeno renovable fundamentalmente en aquellos sectores que presentan especial dificultad.
Para lograr sus objetivos, la Hoja de Ruta del Hidrógeno contempla un plan de actuación en cuatro líneas. La primera de estas líneas de actuación busca el establecimiento de una cadena de valor industrial innovadora, y de conocimiento del hidrógeno, que permita asentar la experiencia y conocimientos necesarios sobre la producción y aprovechamiento del hidrógeno, con el objetivo de desarrollar, en más profundidad, futuras iniciativas. La segunda focaliza la atención en identificar aquellas zonas donde se concentre industria electro intensiva que aúne la producción y el consumo, los llamados valles de hidrógeno, a fin de integrar sectorialmente el hidrógeno a gran escala.
En tercer lugar, se contempla la creación de proyectos I+D+i singulares pioneros del hidrógeno, ya verse sobre la producción, o el almacenamiento o el transporte, con el objetivo de adquirir know-how. Finalmente, la cuarta línea de la Hoja de Ruta del Hidrógeno prevé la integración del mercado español en el mercado comunitario, principalmente como importadora, interconectando la generación, suministro y consumo a través de transporte.
Una de las medidas fundamentales para su desarrollo es la superación de las deficiencias regulatorias actuales, siendo esencial la flexibilización de la normativa, así como la simplificación de los trámites administrativos existentes en aras a atraer el capital necesario para su desarrollo. Evidentemente, el legislador nacional debe estar en consonancia con el comunitario siendo claro ejemplo de tal actuación la regulación de los Sistemas de Garantías de Origen del Hidrógeno renovable aprobados en el Real Decreto 376/2022, de 17 de mayo, en transposición de la Directiva (UE) 2018/2001 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 11 de diciembre de 2018, relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables.
Igualmente, las medidas económicas para apoyar e incentivar el desarrollo de proyectos resultan cruciales. De este modo, la Hoja de Ruta del Hidrógeno incluye múltiples instrumentos financieros, tanto a nivel nacional como europeo, calculando que se necesitará una inversión de 8.900 millones de euros para lograr los objetivos comprometidos para el 2030. De hecho, el MITECO ya ha comenzado a convocar ayudas en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento.
En definitiva, la Hoja de Ruta del Hidrógeno es consciente de que la falta de proyectos a escala industrial y el diferencial de coste con respecto a otros combustibles está impidiendo el desarrollo técnico y normativo necesario para aprovechar este potencial. Pero, a su vez., sabe que su implantación desplazará a otros combustibles contaminantes ayudando, por tanto, a la descarbonización de determinados sectores significativos de nuestra economía, en los que es inviable la electrificación o sustitución por usos renovables directos.
Con esta premisa, la Hoja de Ruta del Hidrógeno pretende crear un entorno político, jurídico, técnico, financiero y social favorable para liderar un proyecto país hacia una economía descarbonizada, a través del impulso de la cadena de valor del hidrógeno mediante la creación de valles de hidrógeno, la puesta en marcha de proyectos piloto a escala regional, y el apoyo hacia la transición energética y la disponibilidad de fuentes renovable a precios competitivos.
En definitiva, es el momento de aprender y posicionarse pues el Hidrogeno renovable se presenta como un vector más de salida para la energía renovable que quitará presión a la red eléctrica y ayudará a la descarbonización de la economía española, y al cumplimiento del compromiso de zero emisiones CO2e.
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Área Público y Regulatorio - Medio Ambiente
Muy interesante la hoja de ruta propuesta. Esperemos que con los grandes científicos que tenemos se cumplan los objetivos incluso antes de fecha.
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