Un escritor que ha emitido juicios y ha tomado responsabilidades en un caso de tanta gravedad y tanto alcance tiene el deber de poner a la vista del público el conjunto de su actuación, los documentos auténticos, los únicos que podrán servir para juzgarle. Y si ese escritor no fuese tratado hoy con justicia, podrá entonces esperar en paz, pues el porvenir dispondrá de toda la información que deberá bastar algún día para sacar a la luz la verdad.
Émile Zola
Recordaba, a raíz del derecho de rectificación, este comentario de Zola, en relación a su “J’Accuse”,sobre el caso Dreyfus. Aquel valiente alegato en defensa no sólo de un hombre sino de una idea elevada de justicia y dignidad, donde un escritor y un periódico, L’Aurore, doblegaron al Gobierno de la República de Francia en defensa de un inocente.
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