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Históricamente se han conocido casos de asbestosis y otras dolencias relacionadas con la exposición al polvo de amianto o al asbesto, así como las consecuencias que supone para las personas trabajadoras, las dolencias que pueden desarrollarse y las situaciones legales a las que podemos enfrentarnos.
Sin embargo, los avances producidos en los últimos años han provocado que todos los actores implicados en estos procesos hayan incrementado su conocimiento, información y medidas sobre los asuntos relacionados con el amianto; incluidos los organismos públicos, los Juzgados y Tribunales, las empresas, los servicios de prevención de riesgos laborales e incluso asociaciones y grupos de afectados.
El contexto actual impone que se redoblen esfuerzos y se analice de forma concienzuda cada situación a la que nos enfrentamos en el ámbito legal, toda vez que ahora se dispone de más información sobre este tipo de casos, más conocimiento científico y médico, y se disponen de otros materiales y procesos productivos que podrían evitar ciertas dolencias. Porque, hace décadas, se conocían los efectos nocivos del amianto, el tabaco, la interrelación entre ambos, y la concurrencia de ciertas patologías que, dependiendo de múltiples factores, podían o no estar relacionadas con el amianto. Pero actualmente, se dispone de más información, conocimiento y medidas de control para detectar, prevenir y/o confirmar el origen de según qué dolencias.
Aun confirmándose la exposición al amianto o asbesto, no siempre se tiene por qué desarrollar una asbestosis u otra dolencia propia de la exposición al amianto. Puesto que otros hábitos, costumbres, situaciones laborales y aspectos propios de cada persona pueden marcar la diferencia entre provocar una asbestosis, acentuarla o no desarrollarla jamás.
¿Toda persona expuesta al amianto desarrolla una asbestosis como enfermedad profesional?
Se ha demostrado científicamente que no toda persona expuesta al amianto desarrolla una asbestosis; del mismo modo que no toda persona que fuma desarrolla cáncer de pulmón. Por tanto, deben concurrir diversos elementos para que una persona, partiendo de su predisposición genética, su estado global de salud y su entorno laboral, entre otros aspectos, desarrolle una asbestosis.
Por ello, es fundamental discernir claramente cuándo nos encontramos ante una asbestosis o enfermedad del amianto en el ámbito profesional para poder saber a qué enfrentarnos. De otro lado, también existen otras dolencias propias del amianto como pudieran ser el mesotelioma pleural o un concreto cáncer de pulmón provocado por el amianto. Asimismo, existen otras dolencias que pudieran ser menores como derrames pleurales, atelectasias, placas pleurales, etc. que, si bien generalmente pudieran estar relacionadas en la bibliografía médica con la exposición al amianto (cuando se estudia la situación del paciente de forma global), no es menos cierto que su causa puede ser múltiple.
¿Qué debemos hacer ante un caso de posible asbestosis o exposición al amianto en el ámbito laboral?
Partimos de la base de que el presente artículo trata de examinar exclusivamente la diferenciación de dolencias relacionadas con el amianto o no, y sus consecuencias legales.
Desde esa perspectiva debemos considerar que:
- Es fundamental que se analice la situación de la persona desde el punto de vista productivo y funcional, desde la óptica de la prevención de riesgos laborales, su estado de salud (previo y coetáneo a la detección de las dolencias), su entorno personal y laboral, así como posibles antecedentes familiares.
- Se deben examinar todas las medidas preventivas que se han adoptado en la empresa desde que éstas fueran de obligado cumplimiento (nótese que hay normas generales desde hace varias décadas, pero que las “primeras normas del amianto” más o menos estructuradas nacieron a principios de los años ´80). Hay que revisar y tener siempre actualizadas las medidas preventivas, de control, mediciones oportunas de ambientes con polvo en suspensión (sea de amianto o no), dotar de los correspondientes EPIs a las personas trabajadoras, entre otros aspectos.
- Desde el punto de vista médico hay que acotar la dolencia padecida por la persona, realizando una anamnesis, revisión del histórico personal y familiar, y realizar diagnósticos certeros y pruebas diagnósticas específicas que confirmen o no la dolencia padecida por especialistas en la materia. Siempre es recomendable el diagnóstico diferencial para descartar dolencias parecidas o que pueden inducir a error por la mera presencia de ciertos factores.
- En caso de confirmarse la asbestosis o cualquiera de las enfermedades propias del amianto, amén de centrar esfuerzos en la recuperación y tratamiento del paciente, unido a la revisión de todo lo que pueda mejorarse o haya podido fallar a nivel empresarial y desde el punto de vista preventivo, se pueden dar diversas situaciones:
- De no estar confirmado previamente, puede iniciarse un procedimiento de determinación de contingencia para establecer la asbestosis como enfermedad profesional el origen de la dolencia padecida por la persona.
- La Administración pública, bien el INSS o la Inspección de Trabajo podrían iniciar procedimientos de recargo de prestaciones por responsabilidad empresarial o procesos sancionadores, respectivamente.
- También podría la persona afectada instar un procedimiento, dependiendo del grado de las dolencias padecidas, para pedir que se le reconozca una incapacidad permanente. Que luego podría verse afectada por lo expuesto en el punto anterior.
- La persona afectada por la dolencia, o bien sus familiares como perjudicados, podrían iniciar un procedimiento de reclamación de daños y perjuicios por responsabilidad civil y reclamar una cantidad al efecto. Cuantías que por lo general suelen ser muy elevadas, donde suele aplicarse analógicamente en muchas ocasiones el sistema del baremo de accidentes de tráfico.
En numerosas ocasiones el desconocimiento de instalaciones antiguas, procesos productivos de antaño o el otrora desconocimiento científico, pueden provocar situaciones complejas y dramáticas que deben ser atendidas y resueltas del mejor modo posible en todas sus vertientes. Y si llegado el caso se confirma el origen del problema en el amianto, se deberá tratar de paliar, mejorar, ayudar e implementar mejoras en la medida de lo posible.
Por tanto, es fundamental contar con especialistas en asuntos de asbestosis y enfermedades profesionales en el ámbito laboral para saber a qué nos enfrentamos, estar bien asesorados y disponer de las garantías necesarias para afrontar los procesos y situaciones que puedan concurrir en posibles disputas en los Tribunales
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Socio del área laboral
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