Hasta la reciente aparición y propagación del COVID-19, los virus informáticos, los hackeos y la ciberdelincuencia eran algunas de las cuestiones que más preocupaban a las empresas en Europa. Durante 2018, según el Observatorio Español de Delitos Informáticos, fueron más de 110.000 los casos detectados de falsificaciones, accesos ilícitos, fraudes o violaciones de propiedad industrial, tanto a particulares como a empresas.
En declaraciones a Iberian Lawyer, Noemí Brito, co-responsable del área de Tecnología, Innovación y Economía Digital, repasa los aspectos clave que toda compañía debe tener en cuenta para preservar la ciberseguridad:
- El uso de la IA en el examen e investigación de vulnerabilidades a fin de proceder a un ataque más certero, eficaz y preciso o el aumento del denominado “malware basado en IA”.
- La existencia de un número cada vez mayor de dispositivos conectados; para el año 2022 se prevé que más del 50% de los datos corporativos se generarán fuera de los centros habituales de datos, supone un desafío de seguridad añadido.
- La falta de políticas y protocolos de almacenamiento de los datos en la nube que resulten ciberseguros. Tanto INCIBE, la Agencia Española de Protección de Datos y otras entidades relevantes como el CCN, ISACA y ENISE han publicado diversas recomendaciones que, de momento, no se han implementado de forma generalizada.
- Una mejor gestión de las contraseñas y claves de acceso, pues su fácil vulneración sigue siendo una de las principales amenazas. Además, la existencia y el rápido desarrollo de tecnologías emergentes como la IA o la computación cuántica exigen el reforzamiento de la criptografía.
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