Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus muchedumbres. Para el día séptimo había concluido Dios toda su tarea; y descansó el día séptimo de toda su tarea. Y bendijo Dios el séptimo día y lo consagró, porque ese día descansó Dios de toda su tarea de crear. Esta es la historia de la creación del mundo (Génesis 1.31; 2.1-4ª)
“Una hábil maniobra, de izquierda a derecha y el defensa queda atrás. En el otro lado, mientras ve esa jugada, una pequeña oleada de satisfacción interna calienta el cuerpo a primeras horas de un sábado invernal. No importa que la jugada acabe fuera, ese regate es suficiente para horas de conversación entre padre e hijo, para repetirlo una y otra vez e incluso para que el padre lo intente sin mucho resultado.”
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