En la era de la interconectividad insaciable en la que vivimos, donde las Naciones Unidas consideran el acceso a Internet como un derecho humano y donde el uso del teléfono es una herramienta esencial en nuestras vidas, parece mentira que puedan perdurar flecos tan obsoletos como es el roaming.
El roaming o itinerancia permite que automáticamente, en el momento en que cruzas las fronteras de tu país, tu operadora telefónica se conecta a la red de un operador del país en el que te hallas para que puedas llamar, recibir llamadas, escribir mensajes de texto, navegar por la red, etc. Es decir, la itineracia te permite utilizar con total normalidad tu dispositivo móvil, con la inevitable contrapartida del elevado coste que supone el uso de este servicio. Todo ello se traduce en que cuando viajamos a un país europeo pasamos nuestra estancia totalmente incomunicados, al permanecer con el teléfono móvil o transferencia de datos apagados para así evitar sorpresas en nuestra factura.
La Comisión Europea (CE), abogando por un espacio único de telecomunicaciones, ha adoptado una serie de medidas que permitirán unificar los 28 mercados en uno solo. Entre ellas, se encuentra la supresión total del roaming y la eliminación del cobro de llamadas recibidas cuando permanezcamos en el extranjero. El objetivo de todo ello, según relató la comisaria de la Agenda Digital de la CE Neelie Kroes, es “que los usuarios europeos podamos recorrer todo el territorio de la Unión disfrutando de los mismos precios que a nivel local.”
Las medidas propuestas por el ejecutivo europeo no se llevarán a cabo de manera inmediata sino que se pondrán en práctica con carácter gradual. La eliminación del cobro por llamadas recibidas deberá llevarse a cabo antes de julio de 2014, y la supresión total del roaming, a más tardar, en 2016. Esto último no es de obligado cumplimiento para las operadoras; sin embargo, aquéllas que se nieguen a poner en práctica dichas medidas sí estarán obligadas a permitir a sus clientes contratar servicios de roaming con terceras compañías cuando se encuentren en otros países europeos.
La propuesta sobre la extinción de la itinerancia ha tenido mucha repercusión. Por una parte, cuenta con el beneplácito de los usuarios, dado que tras estos cambios, ellos serán los más favorecidos –sobretodo los más viajeros-. A parte de ahorrar en su factura a final de mes, los usuarios contarán con contratos más sencillos y podrán romperlos con una mayor facilidad.
Por otro lado, las grandes compañías operadoras no parecen estar de acuerdo con el plan que se impulsa desde la Unión Europea, o al menos, así lo han manifestado Telefónica, France Telecom y Deutsche Telekom. Parece que los operadores se preocupan más por las pérdidas que supondrá la eliminación del roaming que por las oportunidades de negocio que se les pueden presentar con el mercado único de telecomunicaciones.
A pesar de que dichas medidas se van a encontrar con la oposición de las operadoras y de la necesaria aprobación por parte del Parlamento Europeo y de los Estados Miembros para poder entrar en vigor, lo cierto es que la Comisión Europea parece estar muy convencida en ejecutar sus planes.
María Pequerul Rami
Ceca Magán Abogados
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