A principios del Siglo XX, Wilfredo Pareto, basándose en la observación, en el puro conocimiento empírico, desarrolló la regla del 80/20, luego conocido por Principio de Pareto. Esta máxima obedece a una distribución de los porcentajes en todos los ámbitos de la vida estableciendo que el 20% de cualquier cosa producirá el 80% de los efectos, mientras que el 80% restante sólo cuenta para el 20% de los efectos.
Existe, por lo tanto, un llamado “desbalance” en las proporciones reseñadas, si bien no son fijas y pueden tener oscilaciones en casos puntuales, pero si reconociéndose el carácter de patrón, con precisión matemática. Es decir, el Principio de Pareto es observable en todos los ámbitos de la vida y en todos los momentos: pasado, presente y futuro.
Si observamos nuestro Despacho, podremos reconocer que el 80% de nuestra facturación la realiza el 20% de nuestros clientes o que el 20% de nuestros abogados generan el 80% del negocio. Tendemos de manera natural a aplicar un 50% de causa-efecto por motivos educacionales y psicológicos, pero la realidad desmiente esta proporción de manera matemática demostrando lo falaz de dicho porcentaje.
Si aplicamos el Principio de Pareto a las actividades que realizamos comprenderemos como el 20% de nuestro esfuerzo tiene como recompensa el 80% de nuestros resultados y al contrario como dedicamos un 80% a conseguir un reducido 20%. Es, por lo tanto, de pura necesidad, concentrarnos en dicho 20%, detectar que nos está produciendo los mayores beneficios e ir abundando en dicha línea descartando aquellas actividades que ocupan mucho tiempo para poco resultado.
De la misma manera, aplicando esta regla, a nuestra firma, podremos mejorar nuestra gestión potenciando aquellos procesos, aquellas campañas, aquellos esfuerzos y dedicaciones que con una inversión del 20% nos ofrecen el grueso de nuestros resultados.
De hecho, sirve no sólo en el aspecto gerencial y comercial de la firma sino también en ámbitos como los Recursos Humanos. Si hacemos una introspección de nuestra firma, veremos que el mayor porcentaje de quejas provienen del mismo 20% de personas. O que el porcentaje de desempeño excepcional se da en un 20% de los abogados.
El Principio de Pareto se viene utilizando de manera constante desde que Joseph M. Juran, a mediados de los 50, lo llevase al mundo de la empresa, siendo de aplicación permanente y esencial en logística, calidad, software, redes informáticas, etc…
Por lo tanto, si queremos mejorar nuestros resultados, personales y de empresa, analicemos nuestros esfuerzos sobre dicha regla 80/20 y hagamos los que Pareto, observemos y pensemos.
Emilio Gude Menéndez
Ceca Magán Abogados
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