A estas alturas, huelga decir que, los datos y la información son el gran activo de empresas y organizaciones puesto que, cualquier corporación que se precie, depende de los mismos, no sólo para poder expandirse y crecer, sino, sobre todo, para poder sobrevivir, reinventarse y perdurar en el tiempo.
Ahora bien, en la actual Economía de los Datos es tan importante contar con datos suficientes, como saber extraer de los mismos su valor intrínseco. Pero para ello es importante conocer la tipología o fuentes de datos con los que se cuenta, el tipo de información que resulta necesaria en realidad, proceder a su clasificación, análisis, visualización y, sobre todo, aplicación de una forma coherente con la estrategia corporativa trazada. Y, todo ello, en consonancia con la legalidad vigente y, en su caso, observando criterios éticos acordes con los derechos fundamentales, sobre todo, por relación a ciertas tecnologías emergentes como la inteligencia artificial.
Es evidente que, en este contexto, el acceso y tratamiento de los datos de carácter personal, sujetos a un régimen legal específico, representa una importante oportunidad para conocer con mayor detalle a las personas y usuarios a los que se refieren, poder trazar sus perfiles, personalizar servicios y productos y, en definitiva, acertar mejor con éstos y sus necesidades específicas.
Ahora bien, cuando se manejan datos personales se debe observar su normativa reguladora, la cual, suele asimilarse, por lo general, con meros límites, contención, obligaciones gravosas y sanciones. Sin embargo, el gran cambio que están abrazando muchas entidades, quizás las más visionarias y disruptivas, estriba en considerar la privacidad como un elemento clave de competitividad y diferenciación en el mercado. Además, tampoco se debe olvidar que esta normativa no sólo se refiere a la protección de los datos, también defiende su libre circulación bajo determinadas condiciones.
Muchas encuestas y estudios revelan que las personas físicas son cada vez más conocedoras del valor de su información, de forma que es razonable pensar que, a la hora de decidirse por contratar con una compañía u otra valoren, como parte del propio servicio, la claridad, transparencia y confiabilidad en el tratamiento, tráfico y uso de sus datos personales. Luego, no es de extrañar que parte de la estrategia competitiva pivote, cada vez más, sobre cómo convencer al usuario acerca de la importancia de sus datos para la compañía explicando las garantías existentes en este ámbito.
En definitiva, la privacidad se ha convertido en un elemento clave en la estrategia comercial de las empresas.
En este ámbito, las políticas de privacidad desde el diseño y por defecto de productos, servicios y procesos están adquiriendo una relevancia fundamental, mucho más allá del mero cumplimiento normativo. Al respecto, las unidades de desarrollo de negocio e innovación en las empresas se están viendo abocadas a entender de privacidad, a aplicar estos parámetros, no ya sólo para evitar sanciones, sino para poder competir en mejores condiciones y ser más confiables.
Por ello, hoy 28 de enero se celebra el Día Europeo de la Protección de Datos Personales, desde el Área de Tecnología, Innovación y Economía Digital de Ceca Magán Abogados os animamos a destinar unos minutos a repensar cómo ser más competitivos con apoyo en la privacidad activando nuevas estrategias, tratando de innovar y mejorar los sistemas de tratamiento, impulsando la transparencia para legitimar de forma plena los fines pretendidos, compartiendo de forma legal este valor con otros, en definitiva, recuperando el control pleno sobre la información y avanzar como organización.
Por eso, aquí os dejamos algunas ideas para celebrar a lo grande este Día:
- Se más transparente: Puedes revisar tus políticas de privacidad, haciéndolas más visuales, resumiendo conceptos, poniendo ejemplos claros, usando técnicas de comunicación más directas, más sencillas y accesibles.
- Se más innovador y competitivo con apoyo en la privacidad: Elabora e implanta políticas de privacidad desde el diseño y por defecto. Forma a tus equipos de negocio y comerciales en estos conceptos, intégralos en equipos multidisciplinares para mejorar el cumplimiento, fomenta una cultura pro-privacidad como parte del proceso de desarrollo y productivo. Explica, traza y, si fuera posible, certifica estos procesos, porque tus clientes lo agradecerán y tu cuenta de resultados también. En definitiva, imprime mayor valor a tus productos y servicios con base en la privacidad.
- Se más coherente recogiendo la información que, en realidad, te aporta valor: Si recoges más información de la necesaria para tus fines corporativos, no sólo estarás incumplimiento con la ley, también estarás incrementando tus costes y los riesgos corporativos.
- Se más ordenado: clasifica tu información y protégela en función de los riesgos asociados en cada caso: Si no conoces el tipo de información que manejas, no la podrás asegurar de forma conveniente con un enfoque de riesgo.
- Se más proactivo: Es el momento de reforzar la formación y concienciación en tu compañía sobre estos temas, cómo influye en una óptima gestión interna, así como en la reputación y resultados de la organización. Cumple y demuestra cumplimiento. Saldrás ganando.
- Se más colaborativo: Piensa en cómo promover el uso y la compartición legítima de la información en tu poder para generar riqueza y empleo. La compartición y reutilización segura de la información es una necesidad primordial en un mundo hiperconectado. Los proyectos de corresponsabilidad de datos también representan una gran oportunidad que debe ser aprovechada.
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